Jesús lleva toda la noche encerrado. Yo estoy con su Madre y con María Magdalena entre otras, junto a la puerta exterior del calabozo. Con puertas y puertas entre nosotras y el Señor.

María Magdalena está asustada. Es la primera vez desde que llegué que la veo en silencio, sin decir ni una palabra.

Unos soldados nos echaron al patio, donde mucha gente esperaba lo que iba a suceder.

Amanecía cuando salió Pilato. Ofreció soltar a Jesús. El rostro de María Magdalena se llenó de momentánea esperanza, que se esfumó cuando oyó que pedían la liberación de Barrabás.

Pilato trató de evitarlo, pues no veía mal en Él. Lo azotó y flageló. Finalmente se lavó las manos y cedió a la multitud. Soltó a Barrabás

 

Lloré esa noche. Lloré, no pude evitarlo. Y me llegó una carta que no creí que fuera a escribirse:

“Rocío:

Quiero excusarme en vano por no haber defendido a Jesús.

Nunca quise problemas, ¿sabes? Y veía claro que estos se abalanzarían sobre mí si seguía a tu Maestro públicamente. Así que lo hice en privado. Fui un estúpido. Estúpido, egoísta y repelente. Oí que Pedro le negó tres veces; pues yo lo hice aún más.

Creo que lo que hice esta noche podría recompensar un cuarto del octavo de todo lo que le he hecho. O eso espero.

Roció, por favor, agradece el valor y la fe que te ha dado Dios.

Un cordial saludo.

Nicodemo”

  • Domingo de Resurreción

    Domingo de Resurreción

    María Magdalena ha intentado no despertarme pero el vaso del desayuno ha tirado sus planes a la basura.

  • Sabado Santo

    Sabado Santo

    Estuve todo el Sábado con María 
    Magdalena y Juan cuidando de María. Ella se sentía sola, y la mirada que llevaba me mataba por dentro. Una mezcla de dolor y esperanza. 

  • Viernes Santo

    Viernes Santo

    Jesús lleva toda la noche encerrado. Yo estoy con su Madre y con María Magdalena entre otras, junto a la puerta exterior del calabozo. Con puertas y puertas entre nosotras y el Señor.

  • Jueves Santo

    Jueves Santo

    Está vez no me levantó María Magdalena, sino María, la madre de Jesús, la Virgen. Me dijo que me diera prisa, que íbamos a preparar otra vez una buena cena. La Virgen era la única que sabía con exactitud cuándo y dónde me había visto antes.

  • Miércoles Santo

    Miércoles Santo

     

    Las cuentas de Judas

    Le he robado a Judas Iscariote. No. No le he robado. He tomado prestado su libro de contabilidades. No SU libro: el de todos. Que nadie se moleste en leerlo no es cosa mía.

  • Martes Santo

    Martes Santo

    Como todos los días María me hizo madrugar. Salimos al mercado, hicimos el desayuno y volvimos a salir. Pasamos junto al puerto y me acordé de Pedro.

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