A ver. Este me lo has puesto difícil, Jesús. Me quiero centrar en la parábola. Dices que un hombre le pide al viñador que corte la higuera que no da fruto. Pero el viñador dice que intentará que dé fruto, y que no la va a desechar así sin más.
Cuando un árbol no da fruto, lo tiramos. Pero Tú no haces eso. Tú intentas ayudarles a dar fruto, intentas que mejoremos.
Nosotros somos como la higuera. No damos fruto si no dejamos que actúes en nosotros, que nos muevas a hacerlo. Necesitamos que “caves” a nuestro alrededor, que nos ayudes a ser mejores, y al final que puedas ponernos junto a otras personas para ayudarles a ir a Tí, y así dar buen fruto.
La semana pasada era decirte “voy”. Esta semana va a ser “me dejo”. Me dejo ayudar, me dejo querer, me dejo hacer. Me dejo en tus manos. Quiero dar buen fruto.